martes, 22 de octubre de 2013

Haz lo necesario

Haz lo que sea necesario para recordarte a ti mismo una y otra vez tu ser esencial hasta que te acostumbres a vivir en tanto que eso, en vez de vivir en los pensamientos o los sentimientos. No hay necesidad alguna de parar los sentimientos ni los pensamientos, simplemente déjalos a su aire y ve que no tienen ningún poder sobre ti a menos que tú se lo otorgues.


Rupert Spira

sábado, 5 de octubre de 2013

Sitúate en tanto que consciencia

Interlocutor: Me gustaría que hablases sobre cómo cuando me sitúo como esta presencia consciente surge una contracción, el ser una persona, una entidad separada.

Rupert Spira: Primero deja que hable acerca de la primera frase que pronunciaste que es situarnos en tanto que la presencia consciente. Podríamos, por ejemplo, escuchar la frase “sitúate, ocupa tu situación en tanto que presencia consciente”. Y esa es una frase que originalmente vino de Atmananda Krisnha Menom. Esa es una frase que se le dice a alguien que, aparentemente, tiene la elección entre tomar su posición en tanto que presencia consciente o situarse en tanto que yo separado. Así, esa sugerencia de “situarse en tanto que consciencia”, es una concesión al yo separado que cree que puede situarse, tomar posición en tanto que una cosa, presencia consciente, u otra, yo separado. De hecho, no hay un yo separado que pueda escoger el situarse bien en tanto que presencia consciente o en tanto que yo separado. Nos demos cuenta de ello o no, somos siempre la presencia de la consciencia. así que el yo, el yo separado, es el verdadero y único Yo de la presencia consciente pero con un límite que lo rodea. Y esa limitación, ese límite, está hecho de pensamientos y sentimientos. Y esos pensamientos y sentimientos no limitan verdaderamente la presencia consciente, de la misma manera como la imagen en la pantalla no limita verdaderamente la pantalla.

Entonces cuando dices, por ejemplo, “cuando me sitúo en tanto que la presencia consciente hay esa contracción que surge, que parece tirarme de vuelta a un yo limitado, separado”, esa contracción está hecha de pensamientos y, sobre todo, de sentimientos; pero jamás arrastran de vuelta a la consciencia a ser un yo separado, limitado. Si hay dos personajes que aparecen en la pantalla, uno llamado “pensamiento” y el otro “sentimiento”, no hacen que la pantalla se contraiga de repente en los dos personajes. Ni por muy contraídos que estén estos dos personajes la pantalla jamás se derrumba, se contrae en ellos. Por muy contraídos que sean nuestros pensamientos y sentimientos, y por mucho que griten en la pantalla “yo soy un yo separado”, el único y verdadero Yo, la presencia consciente, jamás se convierte en ese yo separado. Si la presencia consciente se contrajese, se derrumbase en ese personaje limitado, si ese fuera el caso tendríamos que hacer algo al respecto. Tendríamos que expandir de nuevo y volver a nuestra verdadera naturaleza. Pero, de hecho, la presencia consciente jamás se contrae, entonces, no tenemos que hacer nada para que la contracción vuelva a nuestro Ser. Así que un collage de pensamientos y sentimientos aparecen en la pantalla, ¿entonces qué? ¿Para quién es un problema? No es un problema para la presencia consciente. A la pantalla no le importa nada si estos dos personajes, pensamientos y sentimientos, empiezan a pegarse entre ellos porque la pantalla no se está peleando, aunque es la sustancia de la pelea. Así que no veas esa contracción como si fuese un problema, es solo un problema para la entidad imaginaria contraída que quiere desembarazarse de la contracción y de esa manera se perpetúa a sí misma.

Entonces ve, simplemente ve y eso es suficiente, que tú eres siempre, siempre, siempre esa presencia consciente abierta y vacía haya sentimientos agradables o desagradables, no hay diferencia alguna. Así que no te dejes engañar por el yo separado. El yo separado quiere que te ocupes de ello bien alimentándolo o bien intentando desembarazarte de él. Al yo separado no le importa cual de las dos cosas hacemos bien abandonándose a él o bien rechazándolo, porque se alimenta de igual manera de las dos. Así que no te impliques con esta contracción, no la toques, tan solo mírala; eso es todo, tan solo mírala por lo que es: una pequeña vibración de pensamiento y sentimiento que fluye como una nube en la presencia consciente, hecha de presencia consciente, pero que no toca ni daña a la presencia consciente en modo alguno. De la misma manera que lo que aparece en la película está hecho de pantalla pero no puede dañar la pantalla.

La segunda parte de tu pregunta concernía a la diferencia entre ser un individuo de manera natural o ser un ego. Durante muchos años nuestros personajes han estado sirviendo al yo imaginario que creemos ser. El cuerpo y la mente podrían ser considerados simplemente como instrumentos neutros disponibles para ser utilizados. Para muchos de nosotros, en nuestra vida, han sido utilizados para expresar la ansiedad y los miedos del yo separado. Entonces, el cuerpo y la mente constituyen nuestro carácter, han sido utilizados al servicio de esos pensamientos y sentimientos contraídos. Y ahora nos damos cuenta que no soy un racimo, una pequeña amalgama de pensamientos y sentimientos contraídos, soy el espacio abierto y vacío en el cual aparecen. De manera gradual, el cuerpo y la mente cesan de servir al yo separado e imaginario, y entonces empiezan a expresar las cualidades que son inherentes a nuestra verdadera naturaleza.

Todo el mundo tiene un cuerpo-mente único, y cada uno de esos cuerpo-mente van a expresar las cualidades que son inherentes a nuestra verdadera naturaleza de una manera distinta. Y esas expresiones únicas, distintas, son lo que constituyen nuestra personalidad, así que hay un espectro muy amplio en las expresiones de nuestras cualidades innatas. Una persona puede, por ejemplo, vivir una vida muy tranquila y contemplativa en las montañas estando sola, dándose paseos, meditando, escuchando música. Otra puede vivir en el corazón de la ciudad, casarse, tener cuatro niños, yéndose de fiesta cada noche, encantándole bailar y disfrutando su expresión, expresándose en el mundo. Otras pueden viajar a través del mundo haciendo tareas que están alienadas con su comprensión. Son ejemplos extremos, la mayoría de nosotros estamos más o menos entre ellos. Las diferencias aquí entre estos ejemplos son las diferencias entre cuerpos-mentes. Pero en ambos casos el cuerpo y la mente estarán sirviendo el amor, la paz y la felicidad que son inherentes a nuestra verdadera naturaleza. No te creas que con la iluminación, de repente, nos convertimos en personajes sosos y blanditos. Por el contrario, una vez que el verdadero carácter es liberado después del descubrimiento de nuestra verdadera naturaleza, florece. En algunos puede que sea muy colorido, en algunos otros puede que sean sutiles matices.

Interlocutor: A veces dices que los cambios ocurren gradualmente…

Rupert Spira: De hecho, la revelación de nuestra verdadera naturaleza no es ni repentina ni gradual sino que es atemporal. Atemporal porque la mente no está presente, y cuando no hay mente no hay tiempo. Cuando la mente vuelve de este no-acontecimiento puede que se dé cuenta o no. Si la revelación de nuestra verdadera naturaleza viene sin haberla solicitado, sin que hubiera un interés previo, hay muchas posibilidades de que cuando la mente vuelva se va a dar cuenta de que hay bastantes diferencias, mirará alrededor y dirá “¡Guau! No reconozco ya más este mundo, este cuerpo, esta mente”. Pero, como es más habitual, si ya hemos estado explorando estos asuntos durante dos, cinco, diez, veinte, treinta, cuarenta años, el cuerpo-mente habrá seguido el ritmo a la altura de esta exploración durante estos años, y cuando este no-evento transparente es revelado, cuando la mente vuelve a mirar alrededor, puede que no se dé cuenta al principio de nada, o puede que diga “es verdad, no hay un yo separado aquí, me doy cuenta de que soy libre”. Y después se irá a la cafetería a tomarse el desayuno como todos los días, no es un gran asunto. Vuelve a casa y, puede que se lo diga a su marido o mujer, o puede que no se lo diga, puede que nunca hable de ello, puede que incluso jamás lo formule; simplemente prosigue su vida viviendo felizmente.


Todos los conflictos se caerán, desaparecerán porque no hay nadie más ahí que pueda vivir en conflicto con las cosas o con los seres. Y la gente disfrutará de estar cerca de un cuerpo-mente como ese porque con ese cuerpo-mente no hay juicios, no hay expectativas, no hay exigencias. La gente simplemente sentirá “me gusta estar con esta persona, puedo ser yo mismo, yo misma, no tengo que fingir en presencia de esta persona, soy aceptado tal como soy”. En la presencia de esa persona sentimos como un alivio, como un abandono, justo ahí, en ese alivio, en ese dejarse, en ese abandonarse, hay un gusto de nuestra verdadera naturaleza. A veces, en la literatura se describe como una especie de transmisión pero no es una transmisión, más bien es como una resonancia. Simplemente nos sentimos cómodos en esa presencia. Nuestras defensas y nuestras pretensiones se caen, y nuestro verdadero ser empieza a resplandecer en silencio en nuestra experiencia. Es así como esta comprensión experiencial puede ser transmitida sin palabras, sin conocimiento alguno del advaita, de la no-dualidad.



Rupert Spira